Maison Antoinette
Sobre la Maison Antoinette.
Una auténtica casa de campo toscana a pocos pasos del mar.
Maison Antoinette es una antigua casa de campo de piedra, típica de la campiña toscana, situada a pocos minutos a pie del mar y del centro de San Vincenzo. Las colinas, los pueblos de la Costa Etrusca y las famosas bodegas están a un corto trayecto en coche.
Las habitaciones y el mobiliario mantienen el estilo rústico original, con vigas a la vista, muebles de madera y detalles sencillos que cuentan la historia de este lugar.
La propiedad alberga tres apartamentos independientes: Violetta, Lavanda y Margherita, ideales para quienes buscan privacidad, comodidad y el placer de vivir la Toscana con total libertad.
En el exterior, un amplio jardín de 5.000 m², rodeado de más de 2 hectáreas de terreno, está a disposición de todos los huéspedes. Las zonas verdes son compartidas y ofrecen un ambiente agradable y relajado, con árboles, senderos y rincones a la sombra donde leer, charlar o simplemente escuchar la naturaleza. El jardín cuenta con mesas de comedor al aire libre, perfectas para disfrutar de una cena rodeado de vegetación.
Maison Antoinette no es un resort de lujo: es un refugio sencillo y acogedor, donde poder experimentar la auténtica atmósfera toscana, lejos del ruido y cerca de las cosas que realmente importan.
Sobre San Vicente.
Posición
En el centro de la Costa Etrusca, entre Livorno y Piombino, goza de una posición estratégica y de excelentes conexiones que permiten llegar fácilmente a Florencia, Pisa, Siena y Roma. La zona ofrece una amplia gama de atracciones turísticas, incluidas bodegas, spas, parques y pueblos medievales, así como playas de arena y pintorescos acantilados.
Ubicación
Un país besado por el viento y pintado por los colores de la naturaleza, ofrece una rica experiencia tanto para los habitantes como para los visitantes. Durante el verano su población crece notablemente, gracias a la amplia oferta de alojamiento disponible que puede albergar hasta 80.000 personas. Las playas, de arena dorada que se extienden a lo largo de 12 km, atraen tanto a turistas como a amantes de la naturaleza, con opciones de beach clubs bien equipados y amplias zonas libres.
El puerto turístico de San Vincenzo es un punto de partida ideal para explorar las islas del archipiélago toscano, con cruceros diarios a destinos como Elba y Córcega. El puerto deportivo ofrece servicios completos para navegantes y una amplia variedad de restaurantes y discotecas para disfrutar de las vistas al mar.
Además del mar, San Vincenzo cuenta con excelentes granjas, senderos naturales en el matorral mediterráneo y la encantadora aldea de San Carlo, situada en lo alto de una colina, desde donde se puede admirar la belleza de la costa. El deporte también forma parte importante de la vida en el pueblo, con modernas instalaciones y actividades para todos los gustos.
En los alrededores se encuentran encantadores pueblos medievales, prestigiosas bodegas, parques de aventuras y relajantes spas, que ofrecen una amplia gama de actividades para todos los gustos. Con sus cómodas conexiones por carretera y ferrocarril, San Vincenzo es también un punto de partida ideal para explorar las bellezas de la Toscana e incluso realizar una excursión de un día a Roma.
Historia
San Vincenzo tiene una historia antigua, que se remonta al Paleolítico Superior, y su presencia humana ha continuado hasta nuestros días. El nombre "San Vincenzo" aparece por primera vez en 1304, pero sus orígenes son aún más remotos.
Los etruscos reconocieron la importancia estratégica de San Vincenzo, dada su proximidad a Populonia, un importante centro minero y forestal. Durante los siglos IX y V a. C., San Vincenzo se convirtió en un centro industrial y comercial.
Con la llegada de los romanos y la Via Aurelia se construyó un pueblo y un puerto. Sin embargo, Populonia siguió siendo el centro de la zona debido a su morfología.
Las guerras entre bizantinos, godos y lombardos marcaron la costa toscana, perdiendo Populonia su importancia en favor de Massa Marittima. Los lombardos, seguidores de San Benedetto, enviaron a San Wilfrido para proteger la zona de los ataques sarracenos y fue gracias a él y a los monjes benedictinos que el lugar pasó a llamarse San Vincenzo.











